Subrogar la hipoteca es una opción que, tras la nueva ley hipotecaria, muchos usuarios se están planteando. Gracias a la liberalización explícita, que permite por ley a los clientes cambiarse de banco, es lógico esperar que muchos se lancen al mercado en busca de mejores condiciones.
No obstante, es conveniente profundizar más en las consecuencias tanto positivas como negativas de una subrogación. De esta forma, el usuario podrá tomar la decisión informado y decidirse por lo que más le beneficie realmente.
Qué es subrogar una hipoteca
Debido al carácter proteccionista hacia el cliente de la nueva ley hipotecaria, se han tomado una serie de medidas para favorecer intereses de los consumidores frente a los abusos cometidos por los bancos. Medidas como la cláusula de suelo u obligar al cliente a contratar productos complementarios han sido consideradas ilegales. A modo de respuesta se han creado una serie de medidas para frenar estas prácticas dudosas.
La subrogación hipotecaria figura entre las herramientas con las que se pretende frenar esta tendencia. Liberalizando el mercado y permitiendo a los clientes cambiar sus préstamos a bancos con condiciones más favorables, se creará el ambiente perfecto para que la competencia aumente y los precios y condiciones se regulen por sí solos a favor del cliente.
Hay que destacar que una subrogación no es lo mismo que rehipotecar una vivienda, variar su importe o el plazo de devolución del dinero. Este tipo de medidas seguramente implicarán un cambio de las condiciones, pero para llevarlas a cabo no es necesario cambiar la hipoteca de banco.
Ventajas de la subrogación
Como hemos visto brevemente, una de las primeras ventajas para el cliente es la liberalización del mercado, lo que le permite encontrar mejores condiciones para su préstamo aun cuando ya lleve un tiempo pagando las letras. Esta mejora de las condiciones puede venir en forma de:
– Optimización del tipo de interés. En consecuencia, pagará menos por el dinero prestado y la hipoteca le saldrá más barata.
– Eliminación de comisiones y de productos vinculados. Esto implica que el consumidor no tendrá la obligación de tener sus seguros contratados con el banco ni de tener domiciliadas las nóminas. En consecuencia, podrá también conseguir un mejor precio final.
Otra ventaja a tener en cuenta es que el precio de subrogar un préstamo hipotecario es mucho menor que el de la cancelación de una hipoteca y la solicitud de otra nueva. En este proceso, lo que ocurre legalmente es que la deuda cambia de manos de un acreedor a otro.
Por último, esta medida protege a los clientes de la escalada de los tipos de interés, ya que pueden pasar de hipotecas de tipo fijo a hipotecas de tipo variable y viceversa. En definitiva, la subrogación también reduce el riesgo para el cliente.
Inconvenientes de subrogar una hipoteca
Pese a todas las ventajas de la subrogación, no siempre es bueno realizarla, ya que también viene con una serie de inconvenientes añadidos. Estos son los distintos tipos de gastos que se generan al realizar un cambio de acreedor.
En primer lugar, algunos gastos deberán pagarse de nuevo, por ejemplo la tasación del inmueble. Hay que tener en cuenta que algunas de las compañías bancarias están ofreciendo hacerse cargo de este gasto para atraer más clientes.
Otro gasto importante es el de la cancelación anticipada o subrogación. Esta cifra viene determinada en el contrato de la hipoteca, aunque suele ser un 0,5 % del capital pendiente.
En definitiva, subrogar la hipoteca puede ser una operación ventajosa para el consumidor. Para ello debe tener en cuenta los gastos asociados a la operación y sumarlos a los intereses. De esa manera podrá hacer una comparación real con el préstamo contratado en la actualidad. ¡No descartes esta posibilidad!