La hipoteca multidivisa ha sido uno de los productos financieros que mayor confusión han creado entre el gran público. Como, precisamente, el desconocimiento de las características de esta hipoteca es lo que ha llevado a un mal uso y al consiguiente aumento de los litigios relacionados con ella, a continuación se va a profundizar en la cuestión.
Las claves de las hipotecas multidivisas
Las hipotecas multidivisas son unos productos bancarios que se comercializaron sobre todo entre 2004 y 2008, los que pueden ser considerados como los ejercicios previos a la crisis económica económica que afectó a todo el sistema bancario español. Una crisis que, sin duda, tuvo en los impagos de las cuotas de las hipotecas unas de sus causas más significativas.
Pero ¿en qué consisten sus reglas? El préstamo hipotecario siempre se realiza con la intención de ser recuperado mediante el pago a plazos de unas cuotas sujetas a unos intereses. En este sentido, los intereses se vinculan a las fluctuaciones en el mercado de valores de divisas distintas a la de referencia en España, el euro.
En este tipo de hipotecas las monedas foráneas de referencia solían ser el yen japonés y el franco suizo, que son famosas por su habitual estabilidad. Además, el coste de este préstamo se asociaba, en lugar de al euríbor, al LIBOR.
En las siguientes líneas se describirá por qué esta clase de hipotecas ha acabado dando problemas tanto a los prestamistas como a los prestatarios.
Las características de estas hipotecas que las han hecho controvertidas
En primer lugar, hay que señalar que la aparente estabilidad de las divisas que van a determinar los precios totales de los préstamos no es tal y como ha sido publicitada en numerosas ocasiones, puesto que estas están influidas por movimientos de la bolsa excesivamente volátiles. En este mercado de valores las divisas fluctúan con asiduidad, lo que, además, resulta difícil de desentrañar por parte del usuario medio de los productos financieros, que no cuenta con la información suficiente para interpretar estos vaivenes monetarios.
Por otra parte, la adscripción al LIBOR, en lugar de al euríbor, no iba a proporcionar una mayor seguridad a quienes optaron por estas hipotecas de tipo variable. El euríbor bajó posteriormente de una manera significativa, lo que a la larga iba a suponer un perjuicio para quienes no pudieran aprovechar estas oscilaciones favorables. Aunque este extremo resulte muy difícil de demostrar, cabía esperar que los diseñadores de estos productos bancarios contaban con información fidedigna respecto a esas futuribles bajadas.
Asimismo, si bien la elección de este producto daba la posibilidad de cambiar la divisa a la que estaba vinculado, estas modificaciones no se podían hacer tantas veces al mes como quisiera el usuario. Aparte, llevarlas a cabo implica pagar una penalización.
Es preciso confirmar que este producto financiero, entre otros de la época previa a la crisis estructural que se experimentó en España, ha estado en el punto de mira de algunos legisladores, que han intentado aumentar las garantías de los productos que los bancos vendían a sus clientes.
Una de las conclusiones que cabe extraer es que hacen falta conocimientos avanzados en materia financiera para que el capital y los intereses de estos préstamos no se vean incrementados. Por consiguiente, existe jurisprudencia consolidada acerca de reclamaciones con altas probabilidades de éxito sobre estas hipotecas.
Pero es necesario recordar que, en estos supuestos, se ha de demostrar que no se tenía la capacidad suficiente para entender las condiciones del producto financiero y la entidad no facilitó toda la información precisa para comprenderlas.
En definitiva, la hipoteca multidivisa, si no se controlan sus términos, puede ocasionar pérdidas. ¡Infórmate!