Antes de pedir una hipoteca, debes considerar algunos detalles importantes (tener ahorros previos y trabajo estable, por ejemplo) e informarte bien de sus características, como el tipo de interés o las comisiones.
Solo en agosto de 2021, se firmaron en España más de 33.000 nuevas hipotecas para viviendas, según el Instituto Nacional de Estadística. Es un trámite común y por el que, si no has pasado ya, seguramente pases en algún momento de tu vida. Sin embargo, eso no significa que sea un trámite sencillo; todo lo contrario. Implica informarse muy bien, comparar entre muchas ofertas y hacer números con cuidado.
Para tomar la mejor decisión, lo habitual es consultar mil y una ofertas diferentes para intentar escoger la más adecuada. Y, en ese proceso, hay varios aspectos con los que debes contar desde el primer momento, algunos incluso antes de empezar a mirar ofertas.
1. Necesitas tener cerca del 20 % del valor de la casa ahorrado antes de pedir una hipoteca
Sin duda, lo primero que debes tener en cuenta antes de pedir una hipoteca. Lo habitual es que el banco conceda como máximo el 80 % del valor de la tasación del inmueble. Eso significa que al menos el 20 % debes tenerlo ya ahorrado.
Si, por ejemplo, la vivienda que te gusta se tasa en 200.000 euros, lo máximo que te financiarán será 160.000, por lo que necesitas aportar los 40.000 restantes.
Otros gastos con los que debes contar
Hay que tener en cuenta también los gastos asociados a este trámite. Hablamos de la tasación (que puede rondar los 300 o 400 euros) y los gastos de compraventa, como formalizar la escritura o el IVA, y que suelen suponer cerca del 10 % del valor del inmueble. En el caso del ejemplo de 200.000 euros, serán otros 20.000 adicionales.
2. El banco pedirá ingresos regulares y bajo endeudamiento
En general, todos los elementos que reduzcan el riesgo de impago serán positivos para que el banco acepte tu solicitud. Para conseguir la financiación, lo más sencillo es contar con un contrato (mejor si es fijo) y una nómina. Si eres autónomo, lo necesario será acreditar ingresos estables para que vean que tienes solvencia.
Igualmente, será más fácil si, antes de pedir una hipoteca, llevas al menos un año en tu empresa o, en el caso de los autónomos, si tu negocio lleva funcionando un par de años.
Del mismo modo, te ayudará no tener ningún otro crédito o préstamo a tu nombre. Si no estás endeudado, la entidad considerará más sencillo que puedas pagar la hipoteca.
3. Será más fácil conseguirla si sois dos
La banca prefiere las hipotecas conjuntas. Es una forma de protegerse ante los impagos, ya que es menos probable que dos personas, con dos salarios, tengan problemas para asumir la cuota mes a mes. Del mismo modo, si tenéis dos sueldos, podréis acceder a préstamos más grandes, pues requieren letras mensuales más altas.
Así pues, en función de tus circunstancias personales, quizá te convenga sopesar la idea de una hipoteca conjunta.
4. ¿El tipo de interés es con bonificaciones o sin ellas?
Antes de pedir una hipoteca, hay que comparar y revisar bien qué te ofrece la banca. Y las ofertas deben considerarse según el tipo de interés real, no el bonificado. ¿Qué significa esto?
Una hipoteca, ya sea fija o variable, tiene un “precio”, llamado tipo de interés. Sin embargo, en realidad suelen ser dos precios: uno con bonificaciones y otro sin ellas. El tipo de interés con bonificaciones es más bajo porque está condicionado a que contrates otros productos del banco, llamados productos combinados. Estos pueden ser de distinta índole: tarjetas de crédito, seguros de vida, fondos de inversión…
La ley obliga a que los bancos muestren los dos precios, el bonificado y el real, para que el usuario pueda decidir libremente. Por ejemplo, la hipoteca fija del Banco Santander tiene un 2,15 % de tipo de interés a partir del segundo año, que se puede rebajar al 1,15 % si se domicilia la nómina y se contratan varios productos.
¿Compensa aceptar el tipo de interés bonificado?
Antes de pedir una hipoteca, haz números. Muchos de los productos que el banco obliga a contratar a cambio de la rebaja en la hipoteca son más caros que en otras empresas. Para que te hagas una idea: un estudio independiente demostró que los seguros de vida de los bancos son hasta un 93 % más caros que los de las aseguradoras (casi el doble). Es muy posible que te compense pagar el tipo de interés sin bonificar, que no suele implicar una subida muy grande, y ahorrarte mucho dinero en los productos adicionales.
En resumen: fíjate siempre en la cifra sin bonificaciones y, sobre todo, en qué productos te obliga la entidad a firmar para rebajar el tipo de interés y a qué precio.
5. ¿Hay comisiones?
La letra pequeña marca la diferencia. Las comisiones son las grandes escondidas en estos trámites y pueden dar auténticos quebraderos de cabeza (y dolor de bolsillo). Revisa con lupa qué costes extra tendrás que asumir por estos conceptos. Tienes más información en este enlace, pero te la resumimos brevemente aquí:
- Comisión de apertura: Puede encontrarse en hipotecas fijas y variables, aunque es más frecuente en las fijas o en las que piden una financiación muy grande.
- Comisión por modificación de condiciones contractuales: Se aplica cuando se cambian las características del contrato inicial (por ejemplo, la subrogación o la ampliación del plazo).
- Comisión por cancelación o amortización parcial anticipada: El banco penaliza a quienes cancelan de forma anticipada la hipoteca o reducen el capital que les queda por pagar. La cantidad máxima de la comisión depende de si es fija o variable y del momento en el que se aplique.
Compara y haz números
Recuerda que, antes de pedir una hipoteca, debes tener en cuenta tu situación actual y, sobre todo, ser muy crítico con las ofertas que veas. Revisa las letras pequeñas y los requisitos antes de tomar una decisión, pues hay muchos detalles que encarecen la cuota final, como los productos combinados. No olvides que puedes ahorrar muchísimo si rechazas el seguro de vida del banco y te vas a una aseguradora. ¡Compruébalo en nuestra web!