El periodo de carencia de la hipoteca es una opción que conviene conocer bien. Sobre todo para saber si, efectivamente, dicho periodo es conveniente o no dependiendo de las circunstancias personales de quien decide pedir una hipoteca. En este artículo va a profundizarse en este concepto para aclarar cualquier duda que pueda surgir.
¿Qué es el periodo de carencia?
El periodo de carencia de una hipoteca es una posibilidad a través de la cual la persona hipotecada puede solicitar una reducción de la cuota mensual o el aplazamiento de este pago.
Cuando se solicita una reducción, se pasa a soportar únicamente el interés que cada pago suponga. En el caso de pedir el aplazamiento completo, no será preciso abonar la cuantía correspondiente durante cierto tiempo.
Cabe destacar que para poder acceder a esta opción habrá que consultar con el banco. Normalmente, quienes hacen uso del periodo carencial recurren al mismo porque necesitan un alivio económico importante para poder hacer frente a los pagos de la hipoteca en el futuro. El banco, cuando reciba la solicitud, estudiará la situación personal del o de los hipotecados para determinar si otorga o no esta exención temporal de pago.
En cuanto a su duración, es importante destacar que puede abarcar desde varios meses hasta superar los 5 años. La prolongación del periodo carencial dependerá en gran medida de las condiciones del contrato de la hipoteca y de lo que pueda ofrecer la entidad bancaria que la conceda.
La realidad es que el mercado de las hipotecas es bastante amplio y, en este aspecto, cada entidad bancaria tiene sus propias normas y protocolos de actuación. Por este motivo resulta complejo afirmar con certeza si se dispone de esta opción o no, pues depende de que se contrate en una entidad u otra.
En el caso de que esta opción sea objeto de interés por parte del futuro hipotecado, lo mejor es preguntar acerca de ello antes de firmar los documentos requeridos para pedir una hipoteca. De esta manera será posible cerciorarse de la posibilidad de solicitar una prórroga a la entidad bancaria en caso de no poder abonar las cuotas como consecuencia de cualquier imprevisto económico.
¿Conviene hacer uso del periodo carencial hipotecario?
En cualquier caso, muchos usuarios aún no conocen la existencia de esta opción, si bien recientemente ha adquirido la condición de práctica común su petición. Pero ¿realmente conviene hacer uso de este recurso?
La realidad es que depende de la situación de cada usuario. Pero debe tenerse claro que, aunque al recurrir a este periodo la cuota se reduzca o incluso se elimine, posteriormente habrá que hacer frente al pago demorado.
Obviamente, esta circunstancia aumentará la cuota que deba afrontarse. Es decir, si en un principio era necesario pagar cada mes 500 euros y la cuota desciende a 300 euros, los 200 que han dejado de pagarse durante el periodo carencial habrán de ser compensados en las cuotas siguientes hasta que la situación se restaure.
Por otro lado, no hay que olvidar que esto ocasionará un incremento de los intereses del préstamo hipotecario. Por tanto, aunque podría suponer un alivio económico durante algún tiempo, después habría que abonar todo lo que no se hubiese pagado, añadiendo el aumento del interés del préstamo.
¿Es importante valorar este periodo al pedir una hipoteca?
La posibilidad de contar con un periodo carencial puede ser una gran ventaja en caso de sufrir cualquier imprevisto aunque, como todo, tiene sus consecuencias.
No está de más valorarlo a la hora de pedir una hipoteca, pero revisando las condiciones para saber si es conveniente o no. El periodo de carencia puede salir caro, así que obra en consecuencia.