Seis de cada diez personas piensan que es preferible firmar una hipoteca con interés variable en vez de fijo. ¿Tú qué prefieres, interés fijo o variable?
Según datos publicados por el portal de registradores de España, seis de cada diez personas que solicitan una hipoteca para comprar su vivienda prefieren contratar un tipo de interés variable en lugar de firmar su préstamo con un interés fijo.
Los últimos datos de nuestro país revelan que un 38,5 % de los nuevos créditos hipotecarios se hacen a interés fijo, el 60 % a interés variable relacionado con el euríbor y el resto ligado a otros tipos de interés multidivisa. Hay también un número considerable de hipotecas mixtas; esto es, se contrata un tipo fijo en los primeros años y después se pasa a uno variable.
Existen muchos tipos de compradores, pero básicamente son dos: los que prefieren pagar menos a corto plazo, porque mañana Dios dirá y porque más vale pájaro en mano que… Esos son los que eligen interés variable, dado que ahora, con el euríbor por los suelos, es más ventajoso. La otra clase de personas que se ven obligadas a firmar una hipoteca para comprar su casa son las que no quieren sobresaltos: desean pagar lo mismo cada mes y tener la tranquilidad de que podrán hacer frente a la mensualidad por más que el euríbor fluctúe (para mal, se entiende).
En condiciones normales del euríbor, esto es, cuando esté a un dos y pico por ciento, la hipoteca no debería variar demasiado tanto si se contratara a interés variable como fijo; pero eso sería en condiciones normales. Ahora, que está en negativo, sí puede que notemos bastante la diferencia. Y antes de la crisis, cuando estaba por las nubes, también.
En el último semestre, el incremento del precio de la vivienda ha sido de un 4,4 %. Y para 2018 se prevé ya la subida del euríbor. Así que no es momento de pensárselo, y sí de tomar decisiones.
Interés fijo o variable
Con el fijo el banco establece un interés estable, determinado, con independencia de los indicadores del euríbor. La familia tendrá la seguridad de que sus cuotas mensuales no van a variar a lo largo de toda la vida del préstamo.
El interés variable se aplica sobre el euríbor (generalmente); a este se le suma una cantidad diferencial. Es decir, el hipotecado pagará su mensualidad en función del euríbor más ese diferencial que aplica el banco, y sus cuotas se revisarán cada año. El cliente sabe lo que va a pagar en las doce mensualidades siguientes, pero no al año siguiente.
El diferencial es el interés que aplica tu banco por prestarte el dinero. Por ejemplo, si el euríbor o el índice de referencia elegido está en el 1 % y el diferencial de tu banco está también en el 1 %, tú vas a pagar un interés del 2 % por tu préstamo. Si el euríbor sube al 2 %, y tú pagas el 1 % de diferencial, pasarás a pagar el 3 %.
¿Qué prefiere tu banco?
La contratación de la hipoteca a un interés fijo o variable depende en muchos casos de la capacidad de convicción del empleado de nuestro banco. Puede que si estamos contratando con BBVA o Sabadell nos convenzan de que es mejor tener un interés fijo, porque a los bancos ahora les conviene más. Quieren marcar un mínimo, o un máximo, en los tipos de interés y no depender de las fluctuaciones que les han llevado a cobrar intereses tan bajos. Para las entidades financieras es una ventaja establecer su propio interés sin depender del índice europeo.
Por otra parte, la nueva ley hipotecaria, aún pendiente de aprobación, dará facilidades a la gente para que cambie su hipoteca de un interés variable a uno fijo, ahora que se prevén subidas en el euríbor, y también como medida para que las familias conozcan sus gastos de antemano y no sufran sobresaltos, ni se los hagan sufrir a los bancos.
¿Qué prefieres tú?
Ahí está el quid de la cuestión: en los sobresaltos. La mayoría de las familias jóvenes no pueden ahorrar. Los sueldos son bajos, la vida está cara. En el mejor de los casos consiguen llegar justos a fin de mes afrontando todos sus gastos, incluida la mensualidad de la hipoteca. Esas familias pueden pagar menos si contratan una hipoteca variable, pero eso solo es seguro hoy. ¿Qué pasará mañana?
Quienes tienen una hipoteca a interés fijo envidian a esa gente que contrató en su día a un interés variable y ahora está pagando bajo mínimos, mientras que ellos no tienen ninguna alegría; pero esto no va a durar eternamente. De hecho, se espera un cambio para el próximo año.
Si uno no tiene ahorros, debería pensar en ir sobre seguro: pagar siempre la misma cuota.
Pero si nuestros ingresos nos permiten hacer frente a más gasto y tenemos un colchón firme en la cuenta de ahorro, es mejor ir a un interés variable.
El interés no lo es todo
A la hora de firmar una hipoteca, el interés fijo o variable no lo es todo. Hay muchos otros factores que debemos tener en cuenta. Por ejemplo, el diferencial y las vinculaciones.
Tu banco va a manejar el diferencial para ofrecerte una rebaja (del 0,10, el 0,20 o incluso el 0,30 %…) a cambio de que contrates con él otros productos.
La nueva ley hipotecaria y una directiva europea limitan estas ofertas, pero los bancos necesitan vender seguros para sobrevivir, porque de ahí sacan jugosas comisiones. Así que van a ofrecer a quienes pidan una hipoteca la rebaja en el diferencial a cambio de que contraten un seguro de vida para la hipoteca con ellos, un seguro de hogar o un seguro de lo que sea.
Lo que el cliente debe hacer, una vez que haya decido si quiere interés fijo o variable, es pedir a su banco que le diga cuánto le va a costar la mensualidad con productos asociados y sin ellos. Así podrá ver que ahorra en la mensualidad de la hipoteca contratando con su banco el seguro de vida, pero a continuación podrá dirigirse a una compañía de seguros y preguntar cuánto cuesta su seguro de vida hipoteca al año. Comprobará que bastante menos de lo que se ahorra al contratarlo con su banco para lograr la reducción del diferencial. Es decir, compensa decirle al banco que no queremos la reducción que nos ofrece en la cuota a cambio de hacernos el seguro de vida hipoteca con ellos, y hacérnoslo directamente en una compañía de seguros.
Y mejor aún, en vez de dirigirnos a una sola compañía de seguros, podemos entrar en el comparador de seguros de esta página y ver los precios y el condicionados de cada una. Verás cómo compensa el ahorro.S si esto nos complica, basta con llamarnos: un experto podrá asesorarte sobre qué compañías te convienen más para tu caso, tu edad, el importe de tu hipoteca y cuáles tienen las mejores precios. En el caso de que ya tengas el seguro con tu banco, no pasa nada: te ayudamos a cambiarlo.
No te fíes solo del tipo de interés, porque en el precio de una hipoteca influyen muchos otros factores que en ocasiones resultan muy opacos para el consumidor. No siempre es más barata una hipoteca que otra, aunque lo parezca.
Busca el mejor diferencial y las menores vinculaciones posibles. Ahorrarás dinero.